Nuevamente hemos sido testigos de hechos de violencia que afectan a nuestros recintos asistenciales, esta vez hemos tenido que lamentar balas al interior del Hospital Padre Hurtado, en la comuna de San Ramón. Producto de este hecho y del riesgo inminente para pacientes y funcionarios, las personas hospitalizadas debieron ser trasladadas y el recinto cerrado, dejando sólo atención para urgencias graves.
Es deber del Estado proteger estos espacios y cuidar la integridad de los pacientes y trabajadores que se encuentran allí. Lamentablemente, estos no son hechos aislados y no responden solamente al contexto de agitación social, puesto que no es primera vez que los equipos de salud y usuarios se ven expuestos a la violencia. Esto se debe a la falta de seguridad en el entorno y al abandono por parte de los distintos Gobiernos, que ha permitido que el narcotráfico se tome estos territorios.
Exigimos el debido resguardo para nuestros centros asistenciales y que se disponga el contingente policial necesario para protegerlos, respetando la institucionalidad vigente.
También hacemos un llamado a la comunidad a cuidar estos recintos que sirven a todos. No podemos permitir que se dañen los centros de salud, pues sólo precariza la atención a las personas que más lo necesitan y en los territorios más vulnerables.
Queremos centros de salud libres de violencia.
