La Constitución de Australia fue aprobada por el parlamento británico y entró en vigor el 1° de enero de 1901. Fue aprobada mediante un proceso relativamente popular de referendos en las seis colonias. Se trata de un documento bastante breve, que consta de 127 artículos. Los dos objetivos principales de la Constitución fueron: establecer una federación y mantener las instituciones del gobierno nacional. La Constitución no habla explícitamente de la protección de los derechos individuales. Australia es el único país occidental que no ha aprobado una norma jurídica declarativa de derechos.
No existe en Australia un sistema articulado que proteja los derechos que la mayor parte de los países democráticos tienden a garantizar constitucionalmente. Más allá del propio texto constitucional, el sistema australiano presenta otras vías de protección de los derechos fundamentales. De acuerdo al sistema de fuentes existente en el Derecho constitucional australiano, estas posibilidades derivan del common law o de la adopción expresa de nuevas normas de rango superior, tanto en el plano internacional como en el plano doméstico o interno.