Colegio Médico y Sociedades Científicas entregan recomendaciones de comunicación de riesgo a los medios nacionales

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A través de una carta abierta, desde la Coordinación de Sociedades Científicas, convocada por el Colegio Médico, enfatizan en la importancia de entregar información correcta y en el momento oportuno y realizan una serie de recomendaciones para realizar su labor de forma adecuada en el contexto de pandemia.

CARTA ABIERTA A MEDIOS DE COMUNICACIÓN

17 de Junio 2020

Según lo declarado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la epidemia COVID-19 y la respuesta de los gobiernos y sus sistemas de salud ha ido acompañada por un exceso de información médica. Mucha de esta información es contradictoria y poco precisa, lo que dificulta que las personas encuentren fuentes y orientaciones confiables cuando la necesitan.

Situaciones como la actual hacen que la información errónea y poco precisa aparezcan fácilmente en escena, junto con la manipulación de la información con intenciones dudosas o simplemente, de personas que buscan beneficios económicos y no sanitarios en estas crisis. En la era de la información, este fenómeno se amplifica a través de diferentes redes, incluyendo los medios de comunicación, que siguen siendo una fuente de información relevante para la mayoría de la población.

Desde la Coordinación de Sociedades Científicas convocada por el Colegio Médico, creemos que el acceso a la información correcta y en el momento oportuno es de máxima importancia. Así, hemos visto con preocupación la difusión de algunas noticias que tienen como fuente estudios de baja calidad de evidencia, resultados anecdóticos, tratamientos experimentales y otros  que entregan información simplemente falsa. Lamentablemente, estas noticias encuentran una caja de resonancia muy amplia en matinales, noticieros y notas de prensa. Informar tratamientos o intervenciones médicas sin considerar su seguridad o efectividad comprobada, que los mejores estudios pueden tener un alto grado de incertidumbre en los resultados o que no se pueden hacer inferencias de situaciones anecdóticas o de reportes de experimentos no clínicos o preliminares,  produce confusión y contribuye a la desinformación de la población.

Un ejemplo de esto, ha sido la difusión de titulares y noticias sobre “curas” para la enfermedad COVID-19. Al respecto, hay aclarar que a la fecha no contamos con un tratamiento para la enfermedad, y no se deben promover fármacos ni intervenciones que están en fases iniciales de estudio, ya que no tenemos certeza de que los efectos de estas son positivos ni seguros. 

Los efectos de esta desinformación no están bien estudiados, aunque podrían asociarse a aumentar la ansiedad en la ciudadanía o que algunas personas se sientan abrumadas o confundidas, con impactos no ponderados a nivel poblacional. También puede afectar los procesos de toma de decisiones de la autoridad sanitaria, porque pueden verse obligadas a tomar decisiones rápidas, producto de la presión de diferentes actores, sin tener tiempo de analizar adecuadamente la calidad de la abundante evidencia disponible. Por último, la promoción de “curas” no comprobadas para el COVID-19 por los medios de comunicación ha inducido quiebre de stock de fármacos dejando a los usuarios habituales de estos fármacos, desabastecidos. 

Por lo anterior, en el personal de salud se puede generar frustración, al no contar con medidas o tratamientos percibidos y difundidos como efectivos, además de la percepción de una subvaloración del trabajo efectuado y el riesgo de malos tratos, agresiones y amenazas de parte de pacientes y familiares que muchas veces llegan a exigir el tratamiento que vieron recomendado por otros médicos en algún medio de comunicación. 

En este contexto, entregar la información correcta es  un pilar fundamental para apoyar la labor sanitaria que la contingencia nos exige, por lo que se sugiere a los comunicadores, editores y periodistas, hagan el máximo esfuerzo para:

  1. Transmitir que en la actualidad no hay terapia farmacológica ni vacuna para COVID-19
  2. Informar y reiterar constantemente a la población que la principal estrategia para  evitar el contagio es: Higiene de manos y aérea, mantener la distancia y respetar las recomendaciones de la autoridad sanitaria.
  3. Evitar los titulares que presentan información parcial o sobreestiman los beneficios de las intervenciones sanitarias.
  4. Transmitir la incertidumbre asociada a los pronósticos o resultados esperados de tratamientos o estrategias novedosas. Esto ayuda a que los receptores de la información tengan expectativas realistas de lo que se informa.
  5. Cotejar todas las noticias de salud con más de un(a) experto(a) en el área, idealmente con representantes de las sociedades médicas de la especialidad (el Colegio Médico de Chile puede orientar con quién hacerlo).
  6. Educar a la población en relación a la importancia de las fuentes de información confiables.

En definitiva, junto con valorar el rol informativo de los medios de comunicación esperamos poder trabajar juntos en una adecuada comunicación de riesgo en tiempos de pandemia, con el único objetivo de beneficiar a la comunidad en general. 

Adhieren 

  • Asociación de Sociedades Científicas Médicas de Chile
  • Colegio Médico de Chile
  • Fundación Epistemónikos
  • Sociedad Chilena de Alergia e Inmunología
  • Sociedad Chilena de Anestesiología
  • Sociedad Chilena de Enfermedades Respiratorias
  • Sociedad Chilena de Epidemiología
  • Sociedad Chilena de Ginecología y Obstetricia
  • Sociedad Chilena de Infectología
  • Sociedad Chilena de Medicina de Urgencia
  • Sociedad Chilena de Medicina de Urgencia
  • Sociedad Chilena de Medicina del Sueño
  • Sociedad Chilena de Medicina del Trabajo
  • Sociedad Chilena de Medicina Intensiva
  • Sociedad Chilena de Nefrología
  • Sociedad Chilena de Neumología Pediátrica
  • Sociedad Chilena de Otorrinolaringología
  • Sociedad Chilena de Pediatría
  • Sociedad Chilena de Salubridad
  • Sociedad Médica de Cuidados Paliativos

 

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